Emilio Martínez De Victoria Muñoz
Universidad de Granada. Granada, Armilia, España
Los compuestos bioactivos se definen como los
componentes de los alimentos que influyen en las actividades celulares y
fisiológicas obteniendo, tras su ingesta, un efecto beneficioso para la salud.
Estos compuestos bioactivos se entienden que no son nutrientes y por tanto no
son esenciales para la vida.
Normalmente, estos compuestos bioactivos están en
cantidades muy pequeñas en los alimentos que consumimos como parte de nuestra
dieta habitual y en casi todos los casos provienen de fuentes alimentarias
vegetales. Desde el punto de vista químico estos compuestos son de origen
diverso y actúan a través de mecanismos de acción diferentes. Así, existen
carotenoides polifenoles, terpenos, lignanos, compuestos organosulfurados,
glucosilonatos, saponinas, etc.
En general sus efectos saludables se centran en la
prevención de las enfermedades no comunicables (transmisibles). En los últimos
30 años estos compuestos bioactivos han formado parte de los alimentos
habituales de nuestra dieta pero también, gracias a los conocimientos acerca de
su valor en la prevención de la enfermedad y en la salud se han desarrollado
los alimentos funcionales y los complementos alimenticios.
Ambos contienen estos componentes bioactivos en
mayor cantidad bien por enriquecimiento de diferentes matrices alimentarias
(leche, cereales, zumos, aceites, etc.) (alimentos funcionales) o solo
contienen estos componentes en un formato farmacéutico como polvo, cápsulas,
comprimidos, etc. (complementos alimenticios). Desde el inicio del estudio de
estos compuestos en relación con la salud se han realizado distintas
investigaciones que van desde estudios in vitro, con animales experimentales,
estudios ecológicos en humanos, de intervención, ensayos clínicos
aleatorizados, etc. Intentando conocer sus efectos beneficiosos y el mecanismo
de acción responsable de dichos efectos.
Actualidad
Aunque existe numerosa literatura científica acerca de sus efectos sobre distintas enfermedades crónicas (cardiovasculares, diabetes, cáncer, síndrome metabólico) y retrasando el envejecimiento y la mortalidad, aún no se ha podido conocer con certeza si los efectos se atribuyen a la ingesta de esos componentes bioactivos como parte de la dieta habitual, como alimentos funcionales o complementos alimenticios.
Hoy en día se discute en la comunidad científica si
la relación nutrición y salud se relaciona con la ingesta de determinados
nutrientes, componentes alimentarios, como los compuestos bioactivos
(polifenoles, carotenoides, etc.), si la relación es con la ingesta habitual de
determinados alimentos (aceite de oliva virgen, verduras y frutas, etc.) o si
se trata de un efecto del patrón alimentario, de la dieta (dieta mediterránea,
dieta japonesa, dieta prudente, etc.).
Desgraciadamente, en el mundo de los compuestos
bioactivos, alimentos funcionales y complementos alimenticios existen mitos que
atribuyen propiedades “cuasi” mágicas a estos compuestos que no se basan en la
evidencia científica disponible y que, en muchos casos, recomiendan dosis que
pueden tener efectos deletéreos para la salud. En este sentido es necesario no
solo evaluar la eficacia de estos compuestos en la prevención de la enfermedad
y la promoción de la salud, sino conocer cuáles son las dosis adecuadas para
alcanzar esos objetivos y que además sean seguras.
A modo de conclusión:
Por ello, es importante conocer, en el desarrollo y comercialización de complementos alimenticios, que dosis de estos compuestos distintos de nutrientes, son seguras y no pueden afectar de forma negativa a la salud del consumidor. Se exponen los informes de Comité Científico de la AECOSAN acerca de la seguridad alimentaria de complementos alimenticios que incluyen uno o más compuestos bioactivos.Original aquí
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