Sólo el 13,5% de los españoles tendrá un desayuno completo incluyendo todos los alimentos fundamentales.
Según los datos de la última encuesta en población
adulta realizada en enero de 2020 por la Fundación Española de la Nutrición y
presentada en Madrid con motivo del Día Mundial del Desayuno, solo el 13,5% de
los españoles incluiría todo esto en el desayuno habitualmente , frente al 33%
que solo toma una bebida y alimentos del grupo de los cereales y derivados, el
7% que solo toma una bebida y el 2,2% que toma bebida y fruta. Esta encuesta se
ha realizado sobre una muestra de 3.000 personas.
Tal y como ha
señalado Gregorio Varela, presidente de la fundación y catedrático de Nutrición
y Bromatología de la Universidad CEU San Pablo, "tenemos una asignatura
pendiente en este sentido", aunque, tal y como afirmación, es complicada
de cumplir ya que, entre Los motivos para no desayunar o desayunar menos de lo
necesario se encuentra la falta de apetito por la mañana (con un 44% de los
encuestados).
En opinión de Varela, “la costumbre tan española de
cenar tarde hace que, en ocasiones, nos levantemos sin hambre, lo que repercute
en el desayuno”. Otra de las razones por las que se desayuna poco o no se
desayuna nunca es la falta de tiempo, en el 26,4% de los casos o que se vuelven
menos en el desayuno para comer más durante la comida o la cena.
Ante esta última premisa, desde la Fundación
Española de la Nutrición recuerdan que cuando realizamos un desayuno incompleto
u omitimos, llegamos a la siguiente ingesta con más apetito y, por tanto, se
corre el riesgo de ingerir más calorías de las necesidades y desembocar en Una
dieta hiperenergética y peor densidad nutricional.
Otro dato importante del estudio es la variabilidad
del desayuno a lo largo de la semana.
El estudio revela que el 38,8% de las personas sin
modificaciones nada e incluye siempre los mismos alimentos para desayunar. Para
Varela, "es recomendable que se varíen tanto los alimentos como la
presentación, igual que hacemos con la comida o con la cena".
Estos "debe incluir al menos tres grupos de
alimentos" y se recomienda complementario con un cuarto grupo, ya que la
combinación de todos ellos aportan al organismo hidratos de carbono complejos,
fibra, proteína, agua y una cantidad adecuada y calidad de grasa, contribuyendo
además de cubrir las necesidades de vitaminas y minerales, sin olvidar la
presencia de compuestos bioactivos de gran interés nutricional.
En definitiva:
El desayuno es una buena ocasión para incluir grupos
de alimentos que no deben faltar en nuestra dieta y completar el número de
raciones de diferentes grupos que no vamos a cubrir durante el resto del día.
Para este experto, es importante destacar también el desayuno puede favorecer
la socialización de la unidad familiar, sin embargo, según el estudio, la gran
mayoría de las personas desayuna sola (56,5%), frente al 29% que lo hace en
compañía.
¿Qué pasa con los niños?
Durante el acto, Varela también ha dado a conocer
algunos datos del estudio EsNuPi (Estudio Nutricional en Población Infantil
Española), un proyecto promovido por la Fundación Iberoamericana de Nutrición
(Finut) y la Fundación Española de la Nutrición (FEN), en el que analice los
patrones de alimentación, hábitos de actividad física y sedentarismo de la
población de entre 1 y 9 años.
En total se han evaluado 1.500 niños y niñas estratificados por grupos de
edad y sexo.
Según ha señalado el experto, “para el conjunto
global de niños, el desayuno contribuyó entre un 14 y un 18% de la energía
total que necesita, frente al 20-25% que es lo recomendable”. Es un punto a
mejorar o, al menos, no empeorar ya que, según los datos del estudio Anibes,
anterior a este, "hace años se hizo una mayor contribución a la energía
total que necesitan los niños a través del desayuno". Si se desglosan por
edades, “de 1 a 6 años, la energía total supone un 18%, frente al 14% de los
que tienen entre 6 y 9 años”.
En cuanto al tipo de alimentos que incluyen el
desayuno, Varela ha alertado del aumento de azúcares y ha dado un toque de
atención a los padres en este sentido. También ha alertado de la disminución
del consumo de agua entre los menores a medida que van cumpliendo años. Según
ha indicado "el agua es un componente de la dieta muy importante pero que
se está descuidando entre los jóvenes y los mayores, sobre todo". Hay
estudios que evidencian que "la ingesta hídrica es un factor de protección
frente a la obesidad”, ha señalado.
Así, según el estudio, en los niños de entre 1 y 3
años, el agua ingerida supone un 15% de la ingesta diaria por lo que estaría
dentro de los niveles aceptables. Sin embargo, a medida que vamos cumpliendo
años, la ingesta va disminuyendo, pasando al 13% entre los niños de 3 a 6 años
y al 10% entre los niños de 6 a 9 años. En opinión del experto, “hay que hacer
un esfuerzo por incluir un aporte mayor de agua en la dieta”.
Al igual que con el agua, el experto también ha
alertado del bajo consumo de vitamina D. Se ha detectado un aporte insuficiente
de esta vitamina en la dieta de los niños. Si a eso se le suma la poca
actividad que realizan los niños al aire libre, puede suponer un problema
importante a largo plazo.
Original de: Joanna
Guillén Valera
No hay comentarios:
Publicar un comentario